"Yo he oído el dicho siguiente: Vida y muerte están marcadas, la riqueza y los honores dependen del Cielo”
Zixia III siglo a.C.
Los griegos del siglo de oro dijeron que lo contrario de lo bello kalón era precisamente lo vergonzoso o torpe aischrón.
El respeto por otras culturas, religiones, formas de pensar, es fundamental en nuestro trato con los demás, las reglas de corrección son a veces algo difíciles de llevar a cabo con nuestros vecinos, en nuestro país, aún más lo son en el exterior.
Viajando con mi imaginación pienso que una vez pasados los tiempos nacerán nuevas reglas de convivencia, imagino un edificio sin paredes ni puertas donde habiten distintas culturas, distintas nacionalidades. Por necesidad nacerá seguramente entre ellos un nuevo código de entendimiento, pero quizá lo que no dejará de existir será el respeto al otro, la educación, la urbanidad y la cortesía.
Por ello, es necesario conocer cómo comportarse en otros países, respetando sus costumbres, tradiciones y modos de actuar. No en todos los países las mismas cosas tienen un mismo significado, y los comportamientos correctos en unas culturas, pueden no ser bien vistos en otras.
Sin embargo, existe un código que debemos de observar que es la buena educación, eso existe y es parte de la cortesía y, especialmente, no olvidar que dentro de la cortesía existe algo especial que es el tacto social.
El tacto social es ese refinamiento de la cortesía, es esa delicadeza del alma, de evitar que uno mismo y los demás nos sintamos incómodos o mal, pasando una situación complicada o embarazosa. Una persona que tiene tacto no sólo es amable, sino que no decepciona jamás a nadie. Esto no tiene nada que ver con ese savoir faire que se adquiere con buena educación, es sí, una especial sensibilidad para con los demás que permite conocer y hasta adivinar sus sentimientos, estar en armonía con ellos y tener hasta la actitud y las formas precisas, para cada individuo en particular.
“El estilo es el hombre mismo”
George Louis Leclerc, Conde de Bufón
China
Ahora iremos a la aventura y al desafío y conoceremos algunas costumbres. Emprenderemos un viaje soñado a las dinastías, a la Gran Muralla, a las sombrillas de papel y la flor de los ciruelos.
“Allí duerme un gigante. Dejémoslo que duerma, porque cuando despierte se moverá el mundo entero”. Esto respondió Napoleón, el gran emperador francés, hace 200 años cuando le preguntaron qué pensaba sobre China. Los hombres, cualquiera sea su raza, presentan siempre analogías fundamentales. Esto tal vez explique por qué en todos los puntos del globo se encontraron los mismos utensilios primitivos.
Recordemos las palabras de Plutarco:
“Si recorréis la Tierra, podréis encontrar ciudades sin murallas, ni letras, ni palacios, ni riquezas, ni moneda, que no conocen ni gimnasio, ni teatros. Pero si buscáis una ciudad sin templos y sin dioses, que no rece, ni ofrezca sacrificios para obtener gracias o para alejar males que la amenazan, no la encontraréis…”
Nuestros antepasados creían que la civilización, grecolatina era la única fuente del progreso humano. Ellos tenían una concepción del mundo un poco limitada, no podían de ninguna manera admitir que la cultura se extendía más allá del Mar Negro y del océano Atlántico, y más difícilmente podían aceptar que más allá, en el Lejano Oriente, podían vivir otros hombres. Con mucho recelo y con gran asombro escuchaban los informes de los primeros exploradores que habían recorrido el fabuloso Oriente.
Marco Polo es el primero en traer noticias a Europa, quizás estas novedades no se remonten más allá del segundo milenio antes de la aparición de Jesucristo, o sea, en tiempos de los sumerios, los egipcios y de los habitantes de la India que habían ya alcanzado su máxima grandeza.
Como para la mitología, encontramos a Pan-Ku, primer hombre comparable al Adán de la tradición bíblica, encontraremos también un semidiós: Sui-Yen, inventor del fuego, de la agricultura y de las artes, lo mismo que los sumerios tuvieron a Galgamesh y los griegos a Prometeo.
Pan –Ku fue el primer hijo del cielo, lejano antepasado de los emperadores de la China.
De todas formas para comprender hay que descender a lo largo de su historia para el primer personaje real, sin carácter mítico. Fo-Hi, legislador y fundador del sistema político chino. Él dijo que había encontrado escritas en el lomo de un dragón, las leyes, por tal motivo se ha elegido a este animal como símbolo del imperio.
Los chinos tuvieron en principio como todos los pueblos europeos y del Medio Oriente, un sistema feudal.
El emperador Yu, primero en la dinastía Hsia, tomó en sus manos el poder, eliminando a los señores feudales, generó para China una gran prosperidad. A esta dinastía le sucedió la de los Shang, y luego la de los Chu y con ellos grandes luchas, intestinas y con el extranjero.
La riqueza y el desarrollo no podían más que despertar la codicia de las poblaciones nómadas, de origen tártaro, que vivían del pillaje y la rapiña. Para poner fin a esto el emperador Shi- Huang-Ti en el tercer siglo antes de Jesucristo decide la construcción de la Gran Muralla.
Desde el año 360 al 1280 de la era cristiana el pueblo chino bajo la dinastía de los Sung adelantó extraordinariamente en la ciencia, en el perfeccionamiento de herramientas, dándole mejor explotación a la tierra, también creando condiciones favorables para el estudio de las artes, de las letras y de la filosofía.
“Si el pueblo es difícil de conducir, proviene de que sabe demasiado”
Lao-Tsé
En el siglo VI antes de Jesucristo, Lao-Tsé, considerando el mundo visible y el mundo invisible, había puesto por encima de ambos una ley suprema: el Tao.
Lao-Tse reconocía en el hombre dos principios: uno material, otro ígneo e inteligente. Este último estaba destinado a volver después de la muerte, al seno de la Razón Suprema, siempre que no se hubiera alejado de la virtud y del ejercicio del bien.
Ser un caballero decía Lao-Tsé, siglo VI a.C.
“Un caballero, un hombre superior, es aquel que siempre está activo intelectualmente; nunca abandona su serena dignidad; actúa con el corazón amplio, la pasión débil y el carácter firme; no se muestra deprimido cuando es rechazado, ni eufórico cuando es exaltado; así podrá sobresalir, sin intentar dominar.”
Confucio
“El más elevado tipo de hombre es el que obra antes de hablar, y practica lo que profesa”
Confucio, padre del ceremonial (600 años antes de Cristo)
Confucio (551-479 a.C.) nació en el pueblo de Zou en el país de Lu (provincia de Shandong), en el noble clan de los Kong.
Su padre murió cuando Confucio tenía apenas tres años, dejando a su familia en la pobreza. A pesar de eso, Confucio recibió una esmerada educación.
Se casó a los 19 años y tuvo un hijo y dos hijas. Su madre murió en el año 527 a.C., y después de un periodo de luto empezó su carrera de maestro creador del confucionismo y una de las figuras más influyentes de la historia China.
Se dedicó a viajar por toda China para instruir a sus discípulos. Su fama como hombre de saber y carácter, con gran amor a las ideas y costumbres familiares y tradicionales, le permitió ser el fundador de un sistema moral, que enaltecía la fidelidad de la tradición familiar y nacional.
“Un erudito que no sea serio no inspirará respeto, y su sabiduría, por lo tanto, carecerá de estabilidad”
Confucio
Esta tradición, nace en China debido a una necesidad social como norma de comportamiento, sin apoyo de la religión, como ha sucedido en los pueblos de Egipto donde existía un ceremonial religioso manejado por los sacerdotes y uno real manejado por el faraón.
Confucio decía:
“Cuando no se habla correctamente, lo que se dice, nunca es lo que se pretende.
“Si lo que se dice no es lo que se pretende, lo que habría que hacer se queda sin hacer.
“Si esto se queda sin hacer, la moral y el arte se corrompen.
“Si se corrompen la moral y el arte, la justicia pierde su rumbo.
“Y si la justicia pierde su rumbo, el pueblo cae en la más absoluta confusión.”
Entre sus discípulos, que fueron pocos y selectos, recordemos a Mao-Tsé (Mencio), quien también se esforzó en elevar el espíritu del hombre.
Para las antiguas tradiciones chinas, hubo entonces un tiempo en que reinó la religión purísima, derivada de la doctrina clara y sencilla contenida en los libros sagrados o Kings, según los cuales sólo había un dios omnipotente y bondadoso, autor de todo lo creado y juez infalible, encargado de premiar, en la vida futura, las acciones buenas que los hombres hubieran realizado en este mundo, y de castigar el mal. A pesar que los tiempos han pasado, el comportamiento chino se basa aún hoy en una gran influencia de las ideas y valores de Confucio.
Invitados y anfitriones
Los chinos son muy puntuales, así que la puntualidad es rigurosa en cualquier tipo de ceremonia o encuentro. Llegar antes o después es una falta de cortesía. Cuando nos invitan debemos de llevar algún presente, ellos lo agradecen mucho en especial si es algo de nuestro país. Los chinos son personas con tradiciones familiares muy amplias así que las reuniones prefieren hacerlas dentro de su ámbito familiar.
Al llegar a su vivienda nos harán quitar los zapatos dado que ellos siguen observando todos los rituales. No debemos de olvidar que para ellos ser un buen anfitrión es importante. Y cuando sea el momento de tomar asiento, debemos de tener mucha prudencia no olvidemos la importancia que ellos le dan a las precedencias y el respeto a las jerarquías. Así que en postura correcta esperaremos que nos indiquen los lugares, así evitaremos incomodar y sentirnos incómodos.
El asiento en el centro de la mesa, es reservado para los anfitriones, éste estará ubicado frente a la puerta de entrada, en este caso el invitado de honor se sentará a la izquierda del anfitrión. El resto de los invitados se irán colocando de mayor a menor jerarquía.
Ser un verdadero anfitrión es honrar al invitado desde el momento que inicia la reunión hasta que aquél se retira, lo honró con mis maneras correctas mis silencios y los manjares.
Recuerdo aquel cuento chino que dice:
En unas de sus páginas de Kung Chi’u acerca de la filosofía del ceremonial, en su libro Li-chi, muestra a un caballero que reúne a sus amigos en una comida con esteras viejas, un vino de baja calidad y comida pobre.
Pero él supo manejar sus maneras y sus silencios con absoluta seguridad dado que tenía las reglas de comportamiento incorporadas. Así, sus invitados pudieron ofrendar a los antepasados la carne seca.
Ahora supongamos que este caballero un día pudo invitar a comer con esteras nuevas, vino de mejor calidad y comida excelente, también sus maneras fueron las mismas, esto permitió a los invitados hasta la carne seca ofrendar.
O sea que tanto en los tiempos de pobreza como en los de bonanza existió la cortesía. ¡Ninguna virtud más maravillosa que esta!
Saludo
Para los chinos, no está bien visto el beso ni el abrazo al saludarse, no debemos de olvidar que no les gusta expresar sus sentimientos en público.
El saludo correcto será entonces una leve inclinación de cabeza. Aunque también debemos de pensar en la occidentalización y eso nos lleva a que el apretón de manos se esté admitiendo, pero cuidado, jamás los abrazos ni el beso, no es correcto ni entre mujeres.
Ahora sí, cuando se encuentran los taiwaneses es correcto que se estrechen la mano.
Para ellos no está tan mal visto como para Corea o Japón, a excepción de ocasiones muy formales, tales como al recibir un premio o al dirigirse a una audiencia, ahí sí sólo la inclinación es correcta.
Presentes
Es importante que al entregar un documento, dinero o un regalo lo hagamos con ambas manos, pues para ellos ese gesto significa la extensión de la persona que lo está dando.
Los chinos tienen un ritual simpático al recibir un regalo, lo rechazan una, dos y hasta tres veces, lo correcto es insistir, ellos lo hacen simplemente por una actitud de cortesía, como dando a entender que no lo merecen.
Se notará el agrado una vez que lo tengan en sus manos. Y en caso de que nosotros recibamos un regalo de ellos deberemos cumplir con el mismo ritual, negarnos a recibirlo y luego demostrar agrado y agradecimiento por tal honor.
Lo que sí no debo de olvidar es que si me encuentro con un grupo de personas al que deberé saludar primero es al de mayor edad o jerarquía. Ellos le dan mucha importancia o valor a las precedencias, o sea, al respeto de una jerarquía superior a otra.
La cultura china es bien reconocida por el valor especial que da al respeto a los mayores y sus ancianos.
Mientras que las reglas al respecto ya no son formales como en los tiempos antiguos, ser cortés, convidar una bebida, o detener la puerta, ceder el paso, encender un cigarrillo, son actitudes que serán bien vistas, cuando van dirigidas, a una persona de una generación mayor, de esa forma se demuestra la educación y respeto al otro.
Recuerdo
Esto me hace recordar a mi querida Eugenia de Chickoff, ella vivió muchos años en China donde aprendió artes marciales, en Taipei, Taiwán.
El alumno dijo: Eugenia debe agacharse para entrar en clase, porque las puertas son muy bajas. Eso es para aprender a inclinarse para respetar al maestro y para comprender que sin humildad no se llega a ser un Kung-Fu.
Cuento: Un día, sin querer ofendí a mi maestra con una vestimenta incorrecta para estar delante de ella, y por supuesto, luego al saber esto comprendí por qué ella me había llamado la atención. El respeto a la mayor jerarquía, al maestro, lo debo de observar en mi educación al hablar, en mi vestimenta, en todo momento y en todo lugar. Desde el corazón que es desde donde hablo, siento y pienso, ¡Perdón y gracias a mi querida Eugenia!
Respeto, base de la educación
La educación es un tema de vital importancia para los chinos: a pesar de que ellos son cordiales, nunca son demostrativos, nunca debemos mostrar impaciencia, ser impuntuales o presentarnos incorrectamente vestidos.
Seguramente, ellos utilizan su conducta como estrategia en la negociación, sus silencios, su respeto al otro le permiten pensar y actuar correctamente, en sus gestiones comerciales.
En cuanto a la vestimenta, los caballeros mostrarán total educación, sobriedad y respeto al otro, seguramente lucirán un atuendo conservador, discreto y sencillo.
Para los hombres, la etiqueta en los negocios será: traje oscuro, de corte clásico, en tanto que las mujeres, que son verdaderas damas, no utilizarán escotes ni los brazos desnudos, la falda deberá lucir abajo de la rodilla y tampoco utilizarán maquillaje en exceso.
Ya hemos hablado de aquel cuento donde el anfitrión chino manejó sus silencios perfectamente dando tranquilidad a sus invitados. Con base en eso nos damos cuenta de la importancia que tiene el silencio y escuchar al otro; desde que los tiempos son tiempos ellos utilizan esto como respeto al otro en la conversación, entonces no debemos de olvidar, en el momento de la negociación, saber escuchar, eso nos permitirá el poder de influencia sobre el otro. Y sobre todo, usar un tono de voz baja; no ofender con un vocabulario incorrecto pues lamentablemente para los chinos pasar vergüenza es una deshonra.
Por eso, cada vez que entre en Oriente voy a decir que observemos cómo las reglas de protocolo en Occidente las hemos tomado de Oriente.
El saludo, la reverencia, me llaman a observar cómo el protocolo de Francia toma de China ese saludo.
Comidas
Los chinos tienen una gran variedad de comidas, las cuales siempre acompañan con mucha variedad de salsas. La comida y el acto de comer para ellos es un momento de placer y felicidad.
Una estupenda comida consta de un plato de arroz o pastas, a la cual seguirán seguramente cinco platos delicados. Lo que no dejara de existir, entre la variedad de platos, son sus tres cualidades:
El sabor: wei, el aroma: Hsiang y el color: Yen Tse.
Ellos se sentarán seguramente sobre almohadones, en mesas bajas.
Antes de comer, nos entregarán un paño húmedo y caliente para limpiarnos las manos.
Los Kuai-Tzu (a los cuales no debemos de llamar palitos) para comer los alimentos, nunca se dejan dentro del plato.
Al finalizar la comida, los dejaremos juntos al lado derecho. Simplemente se dejarán dentro del bol en comidas funerales.
Los chinos hacen sonidos al comer. Es correcto que al tomar la sopa, hagan sonidos fuertes.
Los chinos acompañan los entremeses fríos con vinos de fruta y en las comidas principales, con vino de arroz caliente.
Seguramente, al finalizar la comida el anfitrión tratará de excusarse porque los manjares han sido pocos y no preparados como corresponde.
Los comensales dirán: “no, de ninguna manera”, y alabarán al anfitrión y a sus manjares. Esto es simplemente un ritual que es nada más que una muestra de cortesía del anfitrión.
Los manjares se colocarán en el centro de la mesa. A cada comensal se le entrega un bol con un platillo, una cuchara de porcelana y los Kuai-Tzu.
Cada uno servirá el arroz en su bol, colocando sobre éste los demás alimentos o los mojará previamente en la salsera antes de llevárselos a la boca con los Kuai-Tzu.
Hablar con la voz no con el gesto
En cuanto a los gestos o sea el lenguaje corporal, tan hablado en estos tiempos y con el cual estoy enojada, porque como me enseñaron desde chica, y reforzó mi querida Eugenia, con sus enseñanzas… se habla con la voz no con el gesto. Por eso digo que en China no utilizan sus manos, haciendo gestos, saben manejar sus silencios, no les gustan los tonos altos de voz y sus maneras son correctas. Hacer gestos en China puede dar lugar a entendimientos incorrectos.
No debemos de olvidar que ellos traen la influencia del budismo, de Confucio, y del taoísmo.
Buda dijo:
“Quien ha comprendido que todas las cosas creadas perecen, no siente más el dolor.
“Quien ha soltado todos sus lazos, alejado las tentaciones, renunciado a los deseos, es el más grande de los hombres.
“¡Es difícil disciplinarse a sí mismo! Pero podrás enseñarlo a los demás, con el ejemplo, y entonces lo habrás logrado contigo mismo.
“Es muy fácil realizar para uno mismo actos malvados y dañinos. Difícil es hacer aquello que es útil y bueno.
“El mundo aprecia lo que es virtuoso, inteligente, justo sincero, y cuida sus propias acciones.
“El odio no termina con el odio sino con el amor.
“Ésta es una regla muy antigua. El hablar airado es doloroso y recaerá sobre quien lo tuviera. No habléis ásperamente a nadie porque os contestarán de la misma manera.
“Quien cumplimenta y reverencia a los ancianos crecerá en vida, felicidad, fuerza y belleza.
“Quien actúa mal, llora en éste y en el otro mundo; llora en todas partes.”
Estas maravillosas palabras de Buda me hacen notar y pensar que si el comportamiento lo ha dado el Oriente con sus religiones más antiguas ellas son, fueron y serán las que marcan las reglas de los tiempos. Y me pregunto por qué abandonarlas si ellas fueron útiles a las otras generaciones; por qué no seguir respetándolas como base segura de la evolución y formación del próximo eslabón en la vida.
Tradiciones y leyendas
En China existen tres religiones: el taoísmo, el confucionismo y el budismo. Éstas marcan, aún hoy, la conducta del pueblo de China, en todos los actos de sus vidas. Rigen sus principios religiosos, éticos y filosóficos, que son aún hoy la base de toda la sociedad de este maravilloso pueblo.
Entonces, fieles a todas sus tradiciones suelen celebrar con gran entusiasmo todas sus fiestas.
Año Nuevo
En China se utiliza el calendario lunar. Éste se basa en el tiempo que tarda la Luna en dar la vuelta alrededor de la Tierra.
El rojo es el color de la suerte para los chinos y es el color que se utiliza para decorados en las fiestas de Año Nuevo chino y el festival de la primavera.
El rojo lo utilizan también para sus maravillosos trajes tradicionales de bodas. Y hablando de bodas, durante el Año Nuevo chino las personas casadas regalan a los solteros un sobre rojo con dinero dentro.
En el Año Nuevo, las personas mayores de las familias, regalan a los niños un sobre rojo con dinero dentro.
Por supuesto para ellos este maravilloso sobre rojo que todos esperan con ganas, tiene poderes positivos para protegerlos de todos los males. Y trae suerte tanto a quien lo regala como a quien lo recibe.
Festival Ching Ming
Se celebra hacia el quinto día del cuarto mes lunar.
En esta festividad los chinos visitan las tumbas de sus antepasados, con amor y respeto los recuerdan.
Festividad del Barco-Dragón
Hace mucho tiempo vivía un capitán llamado Chu Yuen, él era muy honrado y hombre de una gran seriedad. Cuenta la leyenda que el emperador, era hombre de una crueldad y orgullo inmenso, lo cual le permitía cobrar a su pueblo impuestos altos hasta que la pobre gente desesperada moría en la absoluta pobreza.
El pobre Chu Yuen pasaba horas escribiendo cartas tratando de tocar el corazón de su emperador, para que se apiadara de su pueblo.
Lamentablemente no recibía respuesta de ese corazón duro, así que decidió suicidarse, pensó tal vez que así sería escuchado por su gobierno y podría así ayudar a su gente.
El pueblo, ante tal hecho, decidió conservar el cuerpo de su adorado Chun Yuen, con un ritual en el que tiraban bolitas de arroz envueltas en hojas de bambú al agua para alimentar a los peces, construyeron una magnífica barca con un mascaron, cabeza de dragón, en la cual llevaban tambores para asustar a los animales del río.
Con esta historia maravillosa, nacen las bolitas de arroz y su preparación, y la competencia de los barcos-dragón, con sus remeros que siguen con el sonar de los tambores que se colocan en medio del barco.
Otra leyenda
La festividad de la Luna se celebra el día decimoquinto del octavo mes solar, que cae hacia la mitad del otoño, de donde toma su nombre.
Érase una vez una hermosa y amable reina, Sheung Ngao, que aprovechando que su tirano rey estaba distraído le roba la píldora de la inmortalidad, a causa de eso el tirano la persiguió con su espada en mano.
Muy asustada, Sheung Ngao se tragó la píldora para escapar de su malvado marido, y tirano rey. En ese momento comenzó poco a poco a elevarse del suelo y volar más y más alto hasta que llegó a alcanzar la Luna.
Cuando los adultos les cuentan esta historia a los niños, les dicen que miren a la Luna para ver si logran ver en sus sombras a la hermosa reina Sheung Ngao.
En esta festividad se utilizan magníficas linternas, con formas de conejos, peces, dragones, las cuales llevan dentro una vela. Las familias se reúnen y preparan para los niños unos pasteles exquisitos con frutas que llaman “Pasteles Luna”.
Flor Nacional
La flor del ciruelo fue oficialmente designada por el Yuan Ejecutivo del Gobierno Central como la flor nacional el 21 de julio de 1964.
La flor del ciruelo, la cual tiene unos maravillosos tonos de color rosado y blanco, y una suave fragancia, es símbolo importante para el pueblo chino por su resistencia al crudo invierno.
Tiene tres estambres agrupados, uno largo y dos cortos, los cuales representan los tres Principios del Pueblo de Sun Yat-sen. Sus cinco pétalos simbolizan los cinco cuerpos del gobierno de la República de China.
Y ahora me voy; hasta la próxima aventura, esperando que les haya encantado este pequeño viaje por la maravillosa tierra de los cerezos, de las sombrillas de papel y la Gran Muralla.
A mí me queda el corazón lleno de ilusión y amor y sobre todo el recuerdo de esta casa de flores donde vivieron mis abuelos rodeados de maravillosas porcelanas chinas, sedas pintadas y, en especial, aquel juego chino laqueado color ciruelo que todavía tengo como tesoro de mi pasado con el cual fui feliz en mi niñez y ahora en mi adultez.
¡Me despido, dejando una flor de ciruelo para todos ustedes y en especial muchas para mi querida Eva, Franco, Pedro Gabriel, Mónica, Miguel, Ana Fabiola, Emilio y Jazmín que me acompañan en esta aventura maravillosa que es la educación!
¡Mi amor eterno!
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