viernes, 1 de mayo de 2009

¡Qué falta de respeto! ¡Qué atropello a la razón !


El protocolo define las reglas que me dan seguridad absoluta en el camino de mi destino. Sin lugar a dudas, salir de las reglas me lleva al desorden
¡Qué falta de respeto! ¡Qué atropello a la razón!
Enrique Santos Discépolo Deluchi, conocido como Discepolín, compositor, músico, dramaturgo y cineasta argentino.
(27 de marzo de 1901-23 de diciembre de 1951)
Protocolo: Regla ceremonial diplomática o palatina. Disciplina que determina las formas bajo las cuales se realiza una actividad humana importante. Pautas bajo las cuales se desarrolla un determinado acto o evento.
José Antonio de Urbina
El protocolo define las reglas que me dan seguridad absoluta en el camino de mi destino. Sin lugar a dudas, salir de las reglas me lleva al desorden. Decisión equívoca para lograr el éxito. Para lograrlo, hay que tener disciplina, objetivos, valor, conciencia, saber amar y, sobre todo, tener la virtud de la cortesía, principios, que me permitirán trabajar con seguridad.
Qué es la disciplina
Es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien. Sin duda alguna, exige un proyecto y conducta para poder lograr los objetivos deseados sin crear molestias.
Viendo una foto de la señora presidenta, me puse a pensar qué está sucediendo con las personas encargadas del ceremonial. Me imagino que nuestra insignia patria, sin lugar a dudas, está colocada como corresponde.
¿Quién, acaso, sería capaz de no darle la derecha; el lugar de honor a la jerarquía más importante que tenemos en nuestra república, que es la bandera nacional? Una bandera impone sentimiento, ver la bandera de una nación, y de la mía sobre todo, me lleva a pensar con emoción absoluta, en los hombres y mujeres que hicieron grande mi país, obreros, agricultores, madres, padres, soldados, maestros, todos aquellos que el amor, las lágrimas, el trabajo, el dolor, las ilusiones y esperanzas los unieron para un fin en común, la patria.
Entonces digo, que no aconsejo, el lugar donde ubicar a la prensa sabiendo que una cualidad errónea de la señora presidenta es estar en continuo movimiento. Imagen que la desautoriza, y permite sospechar que no está honrando a su bandera.
Cualidad inexacta, el movimiento me quita poder de influencia sobre el otro. El encargado de prensa del área protocolar, entonces, debe pensar en todo para no alterar la imagen de la persona que asesora o acompaña, mirando diarios y reuniéndose con la prensa, para descubrir errores y faltas. Estudiamos las reglas, las memorizamos; entonces me pregunto, por qué no cumplirlas y hacerlas cumplir sabiendo que debemos trasmitirlas para que la persona a quien asesoramos y acompañamos logre negocios, amistades y no cultive enemigos ni pérdidas a un país o empresa.
Sabido es que la presidenta y su esposo desconocen las reglas, que sonríen y quieren inventar reglas propias, y no observar el protocolo, reglas, que ya están escritas. Esas reglas que heredamos de Dios Padre, cuando entrega al profeta Moisés el Decálogo, y en Argentina se establecieron en 1926, en el decreto del presidente Marcelo T. de Alvear.
Otro descuido…
La señora presidenta llegó puntualmente al Congreso a las 11, hora de Buenos Aires, para la inauguración del periodo ordinario de sesiones.
Desde la Casa de Gobierno, hizo el recorrido a bordo de un auto oficial a marcha lenta hasta llegar al Congreso.
Acompañada de la Escolta de Granaderos del General Don José de San Martín, regimiento histórico, que cumple funciones protocolares que enaltecen la nación; regimiento, que el Padre de la Patria forma para participar en la batalla San Lorenzo y en el Cruce de lo Andes.
Nuestra distinguida dama, llega al Senado de la Nación con su escolta, la cual cumplía con los rituales de la ceremonia. Me pregunto, la señora llegó en un auto presidencial sentada en la parte delantera junto al chofer, ¿es eso correcto?
Pensando…
En todo automóvil, subirá primero por la puerta trasera derecha la persona de mayor jerarquía. Entrarán por la puerta izquierda trasera aquel o aquellos que en jerarquía les corresponde acompañar al personaje. Junto al conductor y por la parte delantera derecha, entrarán aquel o aquellos que siguen en jerarquía.
Para salir del vehículo, saldrá la persona sentada en el asiento delantero derecho y a ella le corresponde abrir la puerta trasera para que descienda el personaje de mayor jerarquía. En el caso del presidente de la República, altas autoridades civiles, militares y eclesiásticas de la nación, así como aquellos personajes huéspedes de honor de visita al país, es de rigor cumplir con esta norma protocolar de cortesía.
En los autos el lugar de honor es la parte derecha del asiento posterior, correspondiente al dueño del automóvil o a quien actúe como invitante, o al funcionario que representa a la autoridad local.
Entonces…
Otro descuido, ella debía ir sentada en la parte posterior derecha, detrás del jefe de ceremonial. ¡Qué sucede con las reglas!
Qué sucede con las mujeres que hoy nos han permitido llegar a distintos lugares y puestos, mujeres que olvidan que son, sin duda alguna, el paradigma y las formadoras del siguiente eslabón de la sociedad que son nuestros hijos, en los cuales descansaremos en la vejez.
Simplemente, mirando fotos aprendemos, entonces digo, por qué no imitar los ejemplos correctos de las mujeres que nos precedieron.
Pienso en voz alta: sin lugar a dudas, las faltas de respeto permanentes, indiferencia a las reglas, que son actitudes, procedimientos y acciones que existen para crear comodidades, normas, sancionadas por la costumbre y el buen gusto, fáciles de llevar a la práctica, actitudes que denotan la buena educación de una persona. Sin duda, apartarnos de ellas nos llevará al desorden y la confusión.
Una persona que por ignorancia o pedante distracción ignora estas normas, genera una impresión desagradable, mostrando actitudes enemistadas con el buen gusto, y hace pensar que ha faltado solidez, ejemplos y superación propia en su formación. Eso a una persona no le permite establecer buenas amistades, la prepotencia, la falta de gentileza, la falta de cortesía.
El modernismo y la democratización, traen cambios en las buenas maneras de las personas y de las naciones. Las reglas existen son las personas las que no se ajustan a ellas. Pautas que no deben ser ignoradas ni por las personas ni por los gobiernos. Un presidente representa a su nación, al conjunto de la sociedad, es el ejemplo que debe seguirse, el modelo, el paradigma…
Platón
428 a. C.–347 a. C.
Filósofo griego, alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles
La democracia conduce a la anarquía
«Sócrates.- Si esto es así [en la democracia], amigo mío, la anarquía se desliza incluso dentro de las casas particulares, y concluye introduciéndose hasta en los animales.
Glaucón.- ¿Qué es lo que quieres decir con esto?
Sócrates.- Por ejemplo, que el padre se acostumbra a que el niño sea su semejante, y a temer a los hijos, y el hijo a ser semejante al padre y a no respetar ni temer a sus progenitores, a fin de ser efectivamente libre; el meteco es igualado al ciudadano, el ciudadano al meteco, (…)».
Platón, República, 562 e-563 a. (en Diálogos, Gredos, Madrid, 1986, vol. 4, p. 409)
El cambio recién empieza
La república, sistema actual, nos lleva a la destrucción de las reglas, jóvenes que no respetan a sus maestros, hijos que no respetan a sus padres, pérdida del amor a los símbolos patrios, a nuestras tradiciones, pérdida de los modelos por seguir.
Si no respetamos las reglas, la vida pierde sus formas.
Pienso que estamos frente al nacimiento de nuevas pautas, códigos. Donde no existirá el respeto ni el orden. ¿Cómo se llamará? No lo sé. Tal vez, el desconcierto, la confusión, el desorden. ¡Nada peor para lograr el éxito!



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