
Para utilizarla, cuando el primer plato no está servido, la colocaremos sobre el plato con la punta hacia el abismo de la mesa, mirando al comensal. Si el primer plato estuviera servido la colocaremos al lado derecho de los cuchillos y cucharas a dos dedos del borde de la mesa con la punta hacia el abismo. Lo que nunca debemos hacer es presentarla dentro de vaso en distintas formas. Eso puede quedar para restaurantes u hoteles que consideren la variedad llamativa.
Lo primero que debemos hacer al sentarnos es colocarnos la servilleta sobre las piernas desdoblándola con naturalidad y no totalmente sólo a la mitad, la convertiremos en un rectángulo, con el bordado hacia arriba, borde hacia las rodillas.
La medida más correcta para una comida elegante. 60cm. X 60cm.
Comida y cena menos formales. 34cm. X 34cm.
Bufés o cenas frías. 45cm. X 45cm
Las de té, café o merienda. 22cm. X 22cm.
Las de aperitivo. 20cm. X 20cm.
Comida y cena menos formales. 34cm. X 34cm.
Bufés o cenas frías. 45cm. X 45cm
Las de té, café o merienda. 22cm. X 22cm.
Las de aperitivo. 20cm. X 20cm.
A pesar de estas medidas que serían las necesarias hoy día es difícil conseguir en el mercado servilletas de 60 x 60 cm. Por ende creo que la colocación de ella irá variando.
El único lugar correcto para el uso de la servilleta es sobre las piernas, jamás en el cuello anudada, ni tampoco en el extremo del chaleco, ni por la parte superior de la camisa.
A pesar de que la servilleta desde que se utiliza ha ocupado distintos lugares de colocación (sobre el hombro, un brazo, o el cuello). No olvidemos que en algunas regiones de Europa se utiliza como babero para comer algunos crustáceos, o guisos de alubias y verduras. Tampoco se utiliza para limpiar los cubiertos ni repasar los platos ni los vasos.
Los griegos
Recorriendo los tiempos de la historia, parece ser que los griegos de la antigua Grecia no eran muy higiénicos a la hora de comer. Los atenienses más refinados de la época limpiaban sus manos en unas bolitas de pan llamadas amylon o apomagdalies. Éstas, una vez utilizadas, eran arrojadas a los perros y aves de corral que estaban en el lugar.
Recorriendo los tiempos de la historia, parece ser que los griegos de la antigua Grecia no eran muy higiénicos a la hora de comer. Los atenienses más refinados de la época limpiaban sus manos en unas bolitas de pan llamadas amylon o apomagdalies. Éstas, una vez utilizadas, eran arrojadas a los perros y aves de corral que estaban en el lugar.
Roma
En la antigua Roma cada persona llevaba su propia servilleta, llamada Mappas, estos Mappas a su vez eran utilizados para llevarse la comida que había quedado. Después se usaría el Sudarín, paño amplio, que se podía atar alrededor del cuello, como babero, con el se limpiaban el sudor, la boca, pero nunca la nariz.
En la antigua Roma cada persona llevaba su propia servilleta, llamada Mappas, estos Mappas a su vez eran utilizados para llevarse la comida que había quedado. Después se usaría el Sudarín, paño amplio, que se podía atar alrededor del cuello, como babero, con el se limpiaban el sudor, la boca, pero nunca la nariz.
Nórdicos
Los nórdicos tenían una ingeniosa solución, utilizaban sus propios asientos, los cuales eran de heno, y los usaban con la doble función de servilleta y de asiento.
Los nórdicos tenían una ingeniosa solución, utilizaban sus propios asientos, los cuales eran de heno, y los usaban con la doble función de servilleta y de asiento.
No olvidemos que el uso de la servilleta tomó auge en el siglo XVI y que por la calidad de sus texturas y bordados, llegaron a ser símbolo de distinción.
En la edad media, las personas distinguidas, los nobles, precedidos por los reyes, limpiaban sus manos en el mantel, y sólo al finalizar la comida, los pajes acercaban el aguamanil, con una toallita, para que se asearan sus manos. No olvidemos que todos los alimentos se comían con las manos.
Consejos
La servilleta se utiliza siempre para limpiarse la boca antes de beber, se usa con naturalidad y no con afectada delicadeza. No haciéndola volar por el rostro; las señoras no deben manchar demasiado la servilleta con el lápiz labial, por eso mejor llevar un lápiz no muy intenso, o antes de ingresar al comedor retirar un poco de labial en el tocador. Algunos recomiendan que la dueña de casa ponga con la servilleta de las señoras otra de papel para este fin.
Hay que utilizarla en especial antes de beber para evitar dejar en el borde de la copa marcas desagradables.
Cuando se ha manchado mucho después de una degustación, lo cortés sería retirarla tras el plato y colocar una nueva. En ese momento se ofrecerán en una bandeja, con toallitas, humedecidas tibias, que se retirarán inmediatamente después del uso para no incomodar.
Al terminar la comida la dejaremos sobre la mesa, con naturalidad sin doblarla puesto que tiene que ser lavada. La dejaremos sobre el lado derecho. Jamás sobre la silla.
“Es descortés usar la servilleta para secarse la cara; lo es más todavía frotarse los dientes con ella; y sería una de las mayores groserías servirse de ella para sonarse. También es una vulgaridad limpiar los platos y fuentes con la servilleta” (Reglas de cortesía y urbanidad cristiana, Juan Bautista de la Salle, año 1703).
Patricia Elena Blanco Ratti
Especialista en protocolo, cortesía y buenos modales
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